El Área de Cultura informó que el Proyecto «Cuando el río suena, trae serranía» es uno de los seleccionados en la segunda convocatoria de Culturas Gauchas, el programa que lleva adelante el Ministerio de Cultura de la Nación, a través de la Secretaría de Gestión Cultural.
El proyecto busca reconocer el trabajo cultural de los centros tradicionalistas y de las organizaciones que visibilizan las identidades, tradiciones y costumbres gauchescas. La titular del Área de Cultura, Romina Cannistraro, afirmó que «este proyecto se pensó en conjunto con la Agrupación Soberanía Nacional bajo la Dirección de la profesora Marcela López y los artesanos Diego D. Luque y Joana Campos de Artesanías Criollas D. Luque. Estamos felices y emocionados por lo que se viene», afirmó.
Fueron 73 en total los que van a ser beneficiarios de una ayuda económica para concretarlos de los más de 200 que participaron.
“Las comunidades rurales son clave en el desarrollo de la Patria, tanto en la conformación histórica de nuestras identidades, como en la cultura viva, en lo cotidiano de gran parte del territorio argentino. La cultura gauchesca es fundamental en la construcción de nuestra identidad nacional. Como conjunto de tradiciones y de prácticas expresan un modo de ser y estar en los distintos lugares de nuestro país. También da cuenta de muchas maneras de vivir y de crear en el territorio, de producir vida y cultura a partir de lo que se vive en relación con la naturaleza, sus sonidos, sus silencios, sus colores y sus ritmos”, afirmó Federico Prieto, secretario de Gestión Cultural del Ministerio de Cultura de la Nación.
Se postularon proyectos ligados a la organización de fiestas, celebraciones, homenajes o eventos; propuestas vinculadas a la comunicación y difusión; proyectos de capacitación, de investigación o innovación, de recuperación o preservación del patrimonio cultural de la comunidad, o cualquier otro que potencie el ejercicio y la difusión del tradicionalismo y las costumbres gauchescas. También, propuestas para el mantenimiento y/o acondicionamiento de las sedes físicas y para la adquisición de insumos necesarios para el trabajo de base cultural de las organizaciones.
Fueron evaluados por un jurado conformado por cinco miembros, que consideró en cada presentación «la trayectoria y el reconocimiento institucional de la organización; el valor del proyecto como herramienta de promoción y visibilización de las identidades culturales tradicionalistas y gauchescas; el valor del proyecto como medio para fortalecer las identidades locales y regionales; el análisis de la labor y actividades culturales que la organización realizó en años anteriores; el impacto sociocultural, la consistencia y la factibilidad del proyecto; la demanda cultural del territorio y la inserción del proyecto», explicaron.